La adopción de medidas preventivas

La última fase en la implementación de RCM a una planta industrial es la determinación de las medidas preventivas o paliativas a adoptar para evitar los diversos modos de fallos potenciales que puede presentar la instalación. Es importante darse cuenta que RCM está orientado a evitar los modos de fallo, es decir, está orientado a actuar sobre las causas de los fallos (adopción de medidas preventivas), y solo en determinados casos, se actúa sobre los efectos de los fallos (adopción de medidas paliativas).

Es muy importante tener en cuenta un punto trascendental: las medidas que se adopten tienen que tener una relación económica y técnica con el modo de fallo que se pretende evitar, de manera que para un fallo tolerable será absurdo tomar una medida de alto coste, y en cambio, para un fallo crítico será absurdo limitarse a hacer inspecciones visuales cuando otras medidas de mayor calado económico pueden suponer que el fallo potencial se puede evitar.

Tipos de medidas preventivas

Las medidas preventivas o paliativas que se pueden tomar son de seis tipos. Es importante darse cuenta el orden en que deben aplicarse dichas medidas:

  • Implementación de mejoras y modificaciones de la instalación, que debe ser siempre y en cualquier caso la primera opción, siempre que esté económicamente justificado, para cualquier criticidad.
  • Elaboración, puesta en marcha o modificación de instrucciones de operación.
  • Elaboración, puesta en marcha o modificaciones de instrucciones de mantenimiento.
  • Realización de tareas de mantenimiento programado, en el caso de que ninguna de las anteriores dé como resultado que la criticidad pasa a ser ‘tolerable’.
  • Adopción de medidas tendentes a atenuar los efectos de los fallos, en el caso de que las medidas adoptadas en los puntos anteriores no garanticen que el modo de fallo analizado no puede producirse.

A continuación se estudian en detalle cada uno de estos tipos de medidas preventivas.

Alineación de RCM3 con Mantenimiento 3.0

RCM3 y la estrategia de mantenimiento denominada Mantenimiento 3.0 están perfectamente alineadas. Mantenimiento 3.0 busca fundamentalmente reducir el trabajo de mantenimiento y sus costes asociados aumentando a la vez la fiabilidad y la disponibilidad, es decir, exactamente lo mismo que se busca con RCM3. Ambas son herramientas complementarias para el mismo fin. En el detalle de las medidas preventivas para evitar un modo de fallo RCM3 se alinea con mantenimiento 3.0 al establecer que cuando se determinan medidas preventivas lo primero que hay que hacer es tratar de modificar la instalación, soportando unos costes acordes con la criticidad del modo de fallo que se pretende evitar. Si no se puede encontrar una modificación acorde con un presupuesto máximo, y si esa modificación no es suficientemente efectiva, hay que buscar un procedimiento de operación que evite o complemente el modo de fallo. Primero la modificación, y después el procedimiento si éste no es suficientemente efectivo. En tercer lugar, un procedimiento de mantenimiento como complemento de los dos anteriores o si esas medidas no son suficientemente efectivas. Y por último, las tareas de mantenimiento. Las tareas de mantenimiento deben emplearse como último recurso para evitar un fallo, y no como primer recurso, en la seguridad de que un buen mantenimiento no corrige un mal diseño, ni una mala operación, ni una mala praxis en mantenimiento.

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